Telegestión
La telegestión o control de las instalaciones a distancia consigue una reducción de los costes de operación, permitiendo su control y seguimiento y evitando desplazamientos innecesarios para la gestión, control y regulación de las instalaciones.
Ese tipo de sistema es especialmente indicado para edificios de uso terciario o industrial (colegios, hoteles, oficinas, comunidades de vecinos, centros de salud, deportivos y similares).
Las funciones de un sistema de control de la energía se pueden clasificar en cinco categorías:
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Regulación: Mantener una magnitud regulada en función de un valor prefijado.
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Programación: Modificar en función del tiempo el nivel de un valor prefijado.
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Optimización: Realizar el diseño dependiendo de diferentes valores o condiciones para asegurar un menor coste.
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Desconexión de un equipo cuando su funcionamiento pueda suponer un sobrecoste.
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Seguridad: Intervenir para no ocasionar perjuicios.
Una edificación moderna necesita una gestión que asegure que todos los recursos son empleados de forma eficiente y que se aprovechan las posibilidades que ofrece al máximo. Todo esto se puede hacer de forma directa o bien a través de sistemas de comunicación remota.
Los beneficios que se obtienen a través de la telegestión son los siguientes:
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Reducción significativa de los costes energéticos.
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Mejora notable de los niveles de confort y seguridad.
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Accesibilidad total y en tiempo real con las instalaciones del edificio.
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Favorecer un mejor mantenimiento de las instalaciones.